4/07/2009

Lengua ensalza: en nombre del cuerpo

Por: Soledad Moliner

Los médicos e investigadores que se han dedicado al estudio del cuerpo son innumerables. La enorme mayoría de ellos han realizado aportes claves a la humanidad pero permanecen ocultos bajo la ingratitud del anonimato. Otros, sin embargo, son conocidos con nombre propio, gracias a que los males o enfermedades en los que trabajaron fueron bautizados en su honor. Pero no solo los científicos han colaborado en el mundo de las letras para designar términos relacionados con el cuerpo; también lo han hecho personajes de la talla de Adán o Aquiles. Les propongo que conozcamos un poco más sobre esos hombres -casi siempre hombres...- que pasan de boca en boca cuando hablamos del cuerpo. Reconozcamos que, aunque todos sabemos a rasgos generales, por ejemplo, de qué se trata el Alzheimer, pocos conocen datos del hombre cuyo apellido denomina esta enfermedad.


Talón de Aquiles. Fue Aquiles el héroe de la guerra de Troya y una de las estrellas del elenco mitológico griego. Su madre, la ninfa Tetis, intentó hacerlo invulnerable al embadurnarlo de ambrosía y sumergirlo, sujeto del talón derecho, en la laguna de Estigia. Esto explica que tal punto del cuerpo fuese su debilidad. En 1693, el anatomista holandés Philip Verheyen recoge por primera vez el nombre que algunos otorgaban a los tendones de tres músculos de la pierna, donde radicaba la falla de Aquiles y la de muchos deportistas, principalmente.

Manzana de Adán. Es posible que la prominentia laryngea, nombre científico de la protuberancia que desarrolla la laringe masculina a la altura del cuello, deba su nombre de manzana o nuez de Adán a un milenario error. Cuando los hebreos la designaron así, no se referían a Adán, el personaje bíblico, sino genéricamente al varón, pues es carácter sexual secundario del hombre y fruto de la actividad hormonal viril. Sin embargo, tanto el latín como numerosas otras lenguas (inglés, italiano, francés, polaco, alemán, etc.) emplean la misma expresión. En español alguien sustituyó la manzana (que muchos identifican como la fruta prohibida que se le atragantó al marido de Eva, en el Paraíso) por la nuez, algo que no encaja ni en la Biblia, ni en la tradición del término ni en la laringe.

Síndrome de Down. John Langdon Haydon Down fue un médico británico (1828-1896), que dejó los estudios a los trece años para ayudar a su padre, un farmacéutico. Nacido en Torpoint, a los 18 se mudó a Londres, donde estudió medicina. Combinó su trabajó en Londres con su actividad en una institución para personas con retraso mental, donde diseñó un modelo para cuidar a gente con trastornos cerebrales. Fundó la institución Normansfield, la primera dedicada a los niños afectados. En 1887 publicó la monografía sobre aflicciones mentales de niños y jóvenes, en la que describió el mongolismo, un síndrome que ahora lleva su nombre. Los hijos de Down, Reginald y Percival, continuaron con la investigación iniciada por su padre.

Enfermedad de Alzheimer. Alois Alzheimer fue un médico alemán (1864-1915) que se dedicó al estudio del cerebro. Durante sus primeros años investigó, en compañía de su colega Franz Nissl, las patologías del sistema nervioso. En 1903 trabajó en la clínica siquiátrica de Munich, donde describió el mal que lleva su nombre. Durante los siguientes años analizó el caso de Auguste Deter, una mujer que murió a los 55 años, afectada por la merma de memoria, desorientación y pérdida de facultades mentales. Sus hallazgos fueron complementados por Gaetano Perusini. Fue el médico Emil Kraepelin quien propuso emplear el apellido de Alzheimer para denominar el mal. Varios escritores italianos apostaron por llamarlo Alzheimer-Perusini, pero finalmente la iniciativa no prosperó.

Mal de Parkinson. El médico inglés James Parkinson (1755-1824) se destacó por sus intereses políticos y sociales. Defensor de los desfavorecidos y convencido de los principios de la Revolución Francesa, fue autor de panfletos bajo el seudónimo de Old Hubert. Su afán por colaborar con el bien común lo llevó a trabajar en la medicina. En 1817 publicó un corto ensayo donde describía un mal caracterizado por el temblor general, la debilidad muscular y la propensión del tronco a inclinarse hacia delante. El primero en usar el término "mal de Parkinson" fue el neurólogo francés Jean-Martin Charcot (1825-1893). Los intereses de Parkinson gradualmente pasaron a la naturaleza, campo en el que también aportó hallazgos importantes.

Por: Soledad Moliner

1 comentario:

LC dijo...

Como siempre, excelente columna. Quizás cabe comentar que esos nombres de personas reales o ficticias (e. g., el titán Atlas da su nombre a la primera vértebra cervical, atlas), aplicados a épocas, lugares, partes del cuerpo, etc., se denominan epónimos.

vale,
LC