Por Soledad Moliner
11 de junio de 2008
El sombrerito
¿Cómo se llama la rayita que, colocada encima de la N, forma la Ñ? DS. Bogotá.
-Aquella rayita, que cuando niños llamábamos "el sombrerito de la ñ", se denomina tilde. Es el mismo nombre que se da al acento gráfico (¿), aunque a este último también se le conoce como virgulilla o rasgo pequeño. Hay quienes llaman acento a la tilde, y así lo consigna la segunda acepción del Diccionario. Yo, modestamente, recomiendo que no se la llame simplemente acento, porque se confunde con el término que, en la acepción primera, designa el golpe de voz principal que recae sobre una palabra. De este modo, habría que decir algo tan absurdo como que "la palabra caminar tiene acento en la última sílaba según la primera acepción pero no lleva acento según la segunda". Así no hay quien aprenda castellano...
Obispado
He tenido que hacer una traducción del inglés, donde se habla de una iglesia protestante que tiene mujeres en el obispado. ¿Cómo puedo llamarlas en español?
Grethel Martínez. San Antonio.
-Para un católico resulta estrafalaria la posibilidad de que una mujer llegue al obispado (incluso al servicio de monaguillos); de allí que el Diccionario oficial no contenga la palabra obispa. Es, sin embargo, la que debe emplearse. Así lo recomiendan el de María Moliner, el de Martínez de Sousa y la Fundéu (Fundación de español urgente).
Términos complicados Cuadraplejia o cuadriplejia.
¿Cuál de los dos términos es correcto? Julián Huérfano.
-Alguna vez hice referencia a este término, pero conviene hacerlo de nuevo porque da pie a muchas confusiones. Son correctos cuadriplejia o cuadriplejía (aunque el computador los subraye como equivocaciones). En España es más común tetraplejia, que también es aceptado. Los siguientes términos constituyen errores frecuentes, que hay que evitar: cuadraplejia, cuadraplejía y cuadrapléjico. En cambio, están bien cuadripléjico y tetrapléjico.
Compulsivos
Se ha hecho costumbre entre los funcionarios de la rama judicial en Colombia dar al verbo "compulsar" el alcance de enviar o remitir, generalmente cuando es otra la entidad judicial que debe conocer de un asunto. ¿Será que por fuerza de los usos indebidos en algunos casos pueden darse acepciones totalmente disparatadas? Herney Victoria.
-"Compulsar", en efecto, nada tiene que ver con remitir. Compulsar es cotejar una copia con su original, práctica común en las notarías que deben dar fe de la exactitud de dos documentos. En estos casos se habla de una compulsación (no compulsión, que es una pasión por algo o un apremio judicial). Por fuerza del uso, como usted menciona, muchas palabras han adoptado nuevas acepciones. La Academia debe acoger el empleo del lenguaje de los hablantes y, cuando una palabra es ampliamente usada en un sentido diferente al original, no le queda más remedio que darle luz verde y consignarla en el diccionario. Es lo que sucedió, por ejemplo, con "álgido", que califica algo muy frío. La gente la usó como sinónimo de su antónimo; es decir, como muy caliente, ardiente: "el punto álgido del debate" equivale a su clímax. La Academia ahora incluye una acepción nueva: el momento crítico o culminante de algunos procesos. Sin embargo, creo que no sucederá lo mismo con "compulsar".
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