Poetisas y cursilería
Existiendo el sustantivo "poetisa", ¿por qué algunas mujeres se empeñan en que las llamen "poetas"?
Arturo Rueda. Bogotá
R. Es una vieja polémica a la que me referí alguna vez pero sobre la que no tengo inconveniente en volver. Poetisa -como sacerdotisa, pitonisa o papisa¿es un sustantivo netamente femenino y, en cierto sentido, feminista. Quiero decir que se rebela a formar parte de un genérico común con típica terminación de masculino -como testigo o médium¿y opta por su propio sufijo femenino.
Lamentablemente, durante mucho tiempo buena parte de las poetisas era de cursilería insoportable, hasta el punto de que llegó a volverse una voz algo peyorativa. Fue entonces cuando las autoras de poesía que pretendían diferenciarse de las otras optaron por acogerse al término masculino: poeta. El problema, pues, no es entre géneros, sino entre percepciones. Entiendo los matices del problema, pero, como filóloga, defiendo la palabra "poetisa" y, para reivindicarla, quisiera verla aplicada a excelentes escritoras como sor Juana Inés de la Cruz, Alfonsina Storni, Susana March, Alejandra Pizarnik o Piedad Bonnett.
'Mobbing'
He leído varias veces, incluso en El TIEMPO, la palabra "mobbing" para indicar violencia escolar u otros géneros de abuso. ¿Es correcto el uso de esta palabra?
B de H., Bogotá
R. Cuando algunos sociólogos descubren viejos fenómenos, como el matonismo escolar, deciden bautizarlos con palabras nuevas para que sus comentarios parezcan más científicos. A menudo son palabras importadas, como en este caso.
No existe razón alguna para llamar "mobbing" a eso que los colombianos denominamos matoneo, pues sobran términos castellanos para describir el fenómeno, según las características correspondientes: violencia, acoso, hostigamiento, vejación, persecución... A las palabras también hay que protegerlas de los matones.
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